Nuestro Salvador Jesucristo… quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio. – 2 Timoteo 1:10.
Preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos
debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la
muerte. – 1 Corintios 15:25-26.
Unos padres acababan de enterrar a su querido hijo. Dolorosamente daban
vuelta a la página. Todo hablaba de muerte en ese cementerio: las
tumbas alineadas hasta perderse de vista, coronas marchitas aquí y allá,
inscripciones grabadas en las lápidas… ¡Pero no; la muerte fue vencida!
Sí, la mañana del tercer día Jesús salió vencedor de la tumba. “¿Por
qué buscáis entre los muertos al que vive?”, preguntaron los ángeles a
las mujeres desoladas. “No está aquí, sino que ha resucitado” (Lucas
24:5-6). Su resurrección es la señal absoluta de su victoria sobre la
muerte.
Y si Jesús fue el primero en resucitar de entre los muertos, cuando él
venga para buscar a los suyos, “los muertos en Cristo (los creyentes ya
difuntos) resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos (los
creyentes que aún vivan en la tierra)… seremos arrebatados juntamente
con ellos… para recibir al Señor en el aire”, a fin de estar todos
juntos con él (1 Tesalonicenses 4:16-17). Entonces la muerte será
sorbida “en victoria” (1 Corintios 15:54).
Cristianos, ¡regocijémonos! Cristo salió triunfante de la tumba. ¡Vamos
a vivir con él!¿Y los que hayan rehusado la salvación? Se nos oprime el
corazón al pensar en ellos. Resucitarán más tarde para el juicio final,
como está confirmado solemnemente en Apocalipsis 20:14.
Fuente:amen-amen.net
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