jueves, 26 de enero de 2012

Rev. Gustavo Martínez Garavito - ¿Cuánto espacio le está dando a Dios en su vida?

¿Cuánto espacio le está dando a Dios en su vida?
Rev. Gustavo Martínez Garavito
“Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi Palabra no halla cabida en vosotros.” Juan 8:37.
El Señor está presentando a los judíos la Palabra como la máxima fuente de libertad. “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie... Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado” (Juan 8:32-34). Hay una esclavitud más grande que es la esclavitud espiritual, y ellos eran esclavos del pecado.

Pablo hablando de la ley del pecado, dice: “Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero... sino el pecado que mora en mí. Así que queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros” (Romanos 7:19-23).

“¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado” (Romanos 7:24-25). “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Romanos 8:1).

“No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dos como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Romanos 6:12-14); el pecado ya no tiene poder, es libre de ese yugo, porque Cristo lo hizo libre, ahora tiene la mente de Cristo, la sangre de Cristo le ha lavado de todos sus pecados. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17).

Jesús les dice: “Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi Palabra no halla cabida en vosotros” (Juan 8:37). La Palabra no tenía un espacio. Hay espacio para la política, para la religión, para entretenimientos carnales, para reuniones sociales, para cualquier cosa, pero no había espacio para recibir la Palabra de Dios.

La Biblia dice en la epístola a los Hebreos 4:2, que a los israelitas “no les aprovechó el oír la Palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron”. Cuando se predica la Palabra el pueblo está pensando en otro asunto, o está durmiendo, o mandando correos a través del celular; no están expectantes; y la Palabra no encuentra lugar, y no pasa nada.

Las multitudes estaban muy expectantes y seguían al Señor unos por los peces y los panes, otros por los milagros, y otros para acusarle; pero la Palabra no hallaba lugar en sus corazones. Porque si la Palabra hallara lugar en verdad le amarían, el Señor les dice que serían distintos, pero el problema era que ellos estaban llenos de mundo, de materialismo, de religiosidad, de vanidades.

La Biblia dice: “Si tú dispusieres tu corazón” (Job 11:13). La bendición depende de la disposición, del espacio que tenga para recibir la Palabra de Dios. El Señor estaba buscando gente vacía para llenarla, la buscó pero estaban llenos y no pudo hacer nada. En Nazaret no pudo hacer nada porque estaban llenos de incredulidad; en Gadara sólo pudo libertar a un hombre y eso fue suficiente para que lo expulsaran de la región; en cambio, en Samaria le dijeron que se quedara, ellos lo retuvieron, y se quedó allí algunos días y sanó a los enfermos y obró maravillas.

Hay los que están llenos de conceptos teológicos, de conceptos errados que provienen de gente espiritualmente muerta, de gente sin vida; y si alguien recibe aquello que viene de muerte, entonces quedara muerto. Aunque “la Palabra es viva y eficaz, y más cortante que toda espada...”, si alguien cierra su corazón no recibirá la bendición, pero si viene con sed de Dios, con mucho anhelo de que ocurra algo grande, porque los encuentros con Dios cambian y santifican, y uno no vuelve a ser igual.

Moisés anhelaba más de Dios. “Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí… Te ruego que me muestres tu gloria. Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro... No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá... He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña; y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro” (Éxodo 33:15-23).

El salmista dijo: “Irán de poder en poder; verán a Dios en Sion” (Salmo 84:7); no dice irán disminuyendo. A medida que van pasando los años y van envejeciendo los predicadores terminan sin mensaje, secos, como si no hubieran sido ungidos con aceite, ¿por qué? Porque llegó un momento en que creyeron que lo tenían todo, que no era necesario buscar a Dios.

Otoniel el esposo de Acsa, hija de Caleb, “la persuadió que pidiese a su padre tierras para labrar…” (Josué 15:18-19). Ella pidió tierras, pero también pidió fuentes de aguas; porque para qué tierras si no hay aguas. Y yo digo para qué un ministerio, para qué un cargo, si está muerto, si no hay agua; hay que decirle al Señor: “Dame también fuentes de aguas, no me dejes estéril, no me dejes muerto, no me dejes vacío, lléname Señor”.

¿Cuánta capacidad tiene de recibir y de retener? Hay los que no tienen capacidad de recibir, pero no tienen capacidad de retener. Pablo dice: “Estad firmes, y retened la doctrina” (2 Tesalonicenses 2:15). El Espíritu le dice: “Retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona” (Apocalipsis 3:11).

La Biblia nos habla de dos ciegos. “Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! Y la gente les reprendió para que callasen; pero ellos clamaban más, diciendo: ¡Señor... ten misericordia de nosotros! Y deteniéndose Jesús, los llamó, y les dijo: ¿Qué queréis que os haga? Ellos le dijeron: Señor, que sean abiertos nuestros ojos. Entonces Jesús, compadecido, les tocó los ojos, y en seguida recibieron la vista; y le siguieron” (Mateo 20:30-34).

Los ciegos querían la bendición, ellos querían un toque de Dios, ellos estaban seguros que algo iba a pasar, ellos querían ver. Dios quiere ampliar su visión, Dios quiere que crezca, ¿cuánto quiere crecer? ¿Adónde quiere llegar? ¿Qué tan alto quiere llegar?, hay los que quieren bendición pero no tienen espacio, porque hay cosas en su corazón que no tienen que estar, hay que sacarlas si quiere bendición, si quiere crecer, si quiere el poder de Dios.

Si quiere construir un edificio con espacios amplios, tiene que conseguirse un terreno grande. Si consigue un terreno pequeño y quiere construir un coliseo, es una misión imposible. Si quiere hacer grandes cosas, haga espacio, amplié el espacio para que el Señor le toque, para que Dios le llene.

La Biblia también nos habla de una viuda. “Una mujer… clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto… y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos. Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite. Él le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas. Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte... Cuando las vasijas estuvieron llenas...” (2 Reyes 4:1-7).

Eliseo le dice a la viuda: “¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa”. Ella le dice: “Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite”, y quiere una bendición grande, ¿usted quiere una bendición grande? Tiene que ir primero a preparar lugar, abrir espacio, empiece por sus vecinos y vaya por todas las casas y que le presten vasijas vacías, no pocas, no venga con escasez, no venga con limitaciones, si se va a limitar quédese en casa, ¿quieres salir de la pobreza, quieres salir de las deudas?, entonces haga espacio donde va a almacenar la bendición, porque lo que está pensando y anhelando es grande y no tiene donde guardarlo.

En Isaías 54:2 el Señor dice: “Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa”, ¿por qué?, porque te extenderás, ¿quiere crecer?, hay que extenderse, hay que ampliarse.

¿Cuánto espacio hay en tu vida?, no pidas si no hay espacio, prepara primero el lugar, prepara primero el espacio, amplíe el lugar primero; no crecerá si la visión no crece, no habrá más iglesias si la visión no crece, hay que mirar más allá, pero para eso hay que quitar primero la miopía, hay que ver más allá de la frontera, ver más allá en las dificultades, de los límites que nos ponen, tiene que ampliar para que Dios pueda derramar Su bendición, de lo contrario es imposible.

En 2 Reyes capítulo 3, en los días de Eliseo, nos dice la Biblia que hubo necesidad de agua para el ejército de Judá, de Israel y de Edom; y Josafat rey de Judá dijo: “¿No hay aquí profeta  de Jehová, para que consultemos a Jehová por medio de él?” (2 Reyes 3:11), estamos en una total crisis que no hay ningún profeta en quien podamos consultar a Jehová. Y alguien dijo: “Aquí está Eliseo” (v.11). Y Jehová a través de Eliseo dijo que preparen estanques, porque va a llover, Jehová va a mandar agua; pero si no hacen estanques no tendrán agua para beber, ni para su ganado, ni para sus bestias. Y comenzaron a hacer estanques y luego de un momento a otro comenzó a llover, y se llenaron los estanques; y bebió el ejército, el ganado, los caballos y bebieron todos y sobró.

¿Quieren bendición, quieren algo extraordinario?, hagan estanques, hagan pozos; porque va a llover, viene agua, viene bendición. Prepare lugar en su vida para ser lleno y reciba la bendición del Señor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario