En los tiempos bíblicos, eran 12 las tribus en las que se dividía la
población de la tierra de Israel. Diez de ellas fueron luego, a raíz del
exilio forzado impuesto a los judíos, consideradas “tribus perdidas”.
Entre ellas, estaba Manasés o Menashe. En el año 721 AC. fueron
expulsados de la tierra de Israel por los asirios y desdel norte del
reino de Israel llegaron finalmente a India y Myanmar (ex-Birmania).
Las profecías se cumplen, desde hace aproximadamente 25 años, desde las
provinicias de Manipur y Mizoram, llegan informaciones sobre una
comunidad que retornó a la religión de sus antepasados: el judaísmo. Su
descubrimiento les acercó a Israel y les reconoció como Bnei Menashe,
los hijos de Menashe, aunque también se los conoce como Shinlung.
Con una mezcla de esperanza, expectativas y algo de preocupación,
llegaron días atrás unos 50 miembros de la “tribu perdida”, varios de
ellos justamente con el apellido Menashe, como Sara, de 78 años, que
afirma: “Desde pequeña me enseñaron que el sueño de la familia era
emigrar a Israel. Esta es la tierra de nuestros antepasados”.
Sara Menashe llegó con el corazón partido. Dejó cinco hijos en India
pero, por otro lado, se reunió con una de sus hijas que vive en Israel,
en el asentamiento de Kiriat Arba junto a Hebrón. Otros 166 inmigrantes
de la misma comunidad debían llegar de India poco después. Se sumarían a
un millar aproximadamente, que se instaló en Israel en los últimos
años. Pero en India hay otros 7 mil que todavía no se sabe cuándo y cómo
podrán venir. Viven concentrados en los estados de Manipur y Mizoram,
en la frontera noreste de India.
Desde un punto de vista étnico, los Bnei Menashe son tibetano-birmanos,
que en el siglo XIX se convirtieron al cristianismo. No tienen historia
escrita, pero sus leyendas populares hablan de una patria lejana de la
que se vieron desconectados en algún momento de la historia.
Una de las festividades que celebraban algunos grupos de los hoy
considerados Bnei Menashe tienen reminiscencias de la historia judía a
su criterio. Una canción que se refiere a un festival de la cosecha,
habla de hechos que parecen sacados del libro de Éxodo: enemigos
persiguiéndolos sobre un mar rojo y una columna de nubes. Las escenas
tan parecidas a lo descrito en la historia de Moisés y la liberación de
los judíos de Egipto y su cruce del desierto, es para esta comunidad,
prueba de sus antecedentes históricos.
En los últimos años, se considera que aumentó en 50% la cantidad de
creyentes en el origen judío de esta comunidad. Si bien no existen
evidencias documentadas que vinculen a las tribus del noreste de India
con el mito de las tribus perdidas de Israel, hubo inclusive misioneros
cristianos que dijeron haber descubierto en zonas lejanas a
descendientes de las mismas. La comunidad misma, hoy en día, afirma no
tener dudas al respecto.
Pero al conducir el tema de su identidad al paso siguiente, el deseo de
inmigrar a Israel, todo se tornó en un principio más complicado, ya que
la Ley del Retorno -que da ciudadanía automática a todo judío que desee
instalarse en el Estado judío- exige precisamente la confirmación de la
identidad. Dadas las dudas y numerosos interrogantes al respecto, los
Bnei Menashe pasaron un proceso de conversión oficial, supervisado por
rabinos de Israel, previos preparativos para su práctica religiosa.
Fuente:AcontecerCristiano.net
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