• Hazme saber, Señor,… cuánta sea la medida de mis días; sepa
yo cuán frágil soy. He aquí, diste a mis días término corto, y mi edad
es como nada delante de ti. – Salmo 39:4-5.
• Prepárate para venir al encuentro de tu Dios. – Amós 4:12.
Numerosos textos de la Biblia describen qué es la vida de un hombre.
Siempre resaltan el lado efímero de su existencia terrenal y el correr
inexorable del tiempo:
–Nuestros días son una sombra en la tierra (Job 8:9).
–Mis días pasan más rápido que un águila que se arroja sobre la presa (Job 9:26).
–El hombre es corto de días… (Job 14:1-2).
–“¿Qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece” (Santiago 4:14).
–Mis días pasan más rápido que un águila que se arroja sobre la presa (Job 9:26).
–El hombre es corto de días… (Job 14:1-2).
–“¿Qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece” (Santiago 4:14).
Es triste ver a tantos de nuestros contemporáneos vivir sin tener
conciencia de esta seria realidad del paso del tiempo. Toda la humanidad
avanza hacia lo desconocido, ¡al parecer sin darse cuenta de que cada
segundo la acerca más a la eternidad! Y luego, ¿qué ocurrirá? Sobre este
tema se crean todo tipo de hipótesis o suposiciones, que sólo son el
producto de la imaginación humana. La Biblia dice solemnemente: “Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27).
Pero hoy todavía es “día de buena nueva” (2 Reyes 7:9). Dios “ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). El tiempo apremia. Como creyentes tenemos la responsabilidad de advertir a todos los hombres (Hebreos 3:7; Marcos 1:15).
Fuente: amen-amen
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