sábado, 30 de junio de 2012

El Arrebatamiento de los Creyentes.


Esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya.Filipenses 3:20-21.

Los creyentes esperamos al Señor y sabemos que, fiel a su promesa, vendrá pronto. “Conoce el Señor a los que son suyos” (2 Timoteo 2:19) y no olvidará a ninguno en la tierra. “Los muertos en Cristo resucitarán primero” (1 Tesalonicenses 4:16). Estén donde estén, e independientemente de lo que se haya hecho con sus cuerpos, reducidos al polvo o a las cenizas, el Señor los encontrará. Los creyentes que estén vivos en ese momento serán transformados todos a la vez y alzados para ir al encuentro de Jesús; entonces serán introducidos por él en la Casa del Padre.

Lector, si usted no ha depositado su confianza en Jesucristo, no tendrá parte en esa resurrección ni en el arrebatamiento.

Y nosotros los creyentes debemos preguntarnos: ¿En qué estado moral estaremos cuando el Señor venga a buscarnos? ¿Nos llevará al cielo como a un Enoc que caminó con Dios (Génesis 5:24), o como a un Lot que fue sacado de Sodoma en el último instante? (Génesis 19:16).

El arrebatamiento de los creyentes, ¿abrirá los ojos de los incrédulos que hayan quedado en la tierra? ¡Por supuesto que no! Enoc fue buscado, pero “no fue hallado, porque lo traspuso Dios” (Hebreos 11:5). Cincuenta hombres fueron enviados a buscar al profeta Elías, quien también fue arrebatado al cielo. “Lo buscaron tres días, mas no lo hallaron” (2 Reyes 2:17). Tal vez nos busquen… ¡Pero ya nos habremos ido sin ellos!

Fuente:amen-amen.net

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