A los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía. – Hechos 11:26.
Regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos. – Lucas 10:20.
Si alguien declara ser cristiano debe ser consciente de que lleva el
nombre de Cristo. Entonces surge la siguiente pregunta: ¿Tiene derecho?
En los evangelios encontramos a personas que dicen pertenecer al Señor,
pero a las cuales Jesús tendrá que decir un día: “Nunca os conocí;
apartaos de mí” (Mateo 7:23).
Para ser cristiano no basta con figurar en el registro de bautismo de
una comunidad cristiana. Esos libros no se consultarán en el gran día
del juicio, cuando Dios haga comparecer ante él a todos los hombres para
que le den cuentas.
Para que un recién nacido pueda llevar un apellido es necesario que su
filiación sea inscrita en el registro civil. La Biblia nos enseña que
para que podamos formar parte de la familia de Dios es necesario un
nuevo nacimiento (Juan 3:7). Sólo con esta condición nuestro nombre
podrá figurar en el Libro de la vida, ese «registro civil del cielo» en
el cual Dios inscribe a todos los que creen en su Hijo y lo aceptan como
su Salvador personal. Ellos, y sólo ellos, tienen “potestad de ser
hechos hijos de Dios” (Juan 1:12).
Sí, ser un hijo de Dios es un derecho, pues está basado en la obra de
Jesucristo y no en nuestros méritos. Alguien es cristiano no porque sea
mejor o más religioso que otros, sino porque recibió a Cristo como su
Salvador y lo reconoce como el Señor.
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